Hace unos años tenía un vicio increíble con los pendientes. Llevaba todo tipo de pendiente, pero, sobre todo, me gustaba tener uno o más de uno de cada color y para cada outfit. Los tenía perfectamente ordenados para poder verlos a la hora de vestirme. Desgraciadamente, esa época pasó, y hace tiempo que llevo unos aros de oro que no me quito, como mucho me pongo unas perlas, pero poco más. Me he vuelto una aburrida.
Últimamente, los pendientes largos vuelven a estar a tope, así que me entran ganas volver a a aquellos años en los que podía con todo.
Claro, ver a la estupenda de Bar Rafaeli igual no es una referencia real, pero me encanta cómo le quedan...

